martes, 24 de febrero de 2015

De nuevo Viña, de nuevo Eli

Hace casi 10 años, la Elizabeth Morris -sin sponsor, sin manager, sin cuña ni carta de recomendación- presentó una canción para participar del Festival de Viña... y ganó.

Canción de Agua y Viento (2005)

Voy caminando en soledad 

por un sendero ya olvidado,
buscando huellas de otra edad,
signos eternos enterrados.

Sobre las alas de un picaflor,

vuelo cantándole a los vientos.
Gotita de agua es mi corazón,
viaja en el río de los tiempos 
para pedirle una canción a la vertiente del sereno.

Traigo en ofrenda quínoa y maíz,

rayos de plata en luna nueva,
un manto rojo que yo tejí 
y hojas sagradas de la tierra,
para pedirle una canción a la vetiente del sereno.

Bajo la noche, en la oscuridad,

oigo tu canto azul manantial.
Brotan susurros hasta mi voz,
late conmigo tu corazón.

Vuelve la luz y el amanecer,

pinta de verde mi silencio.
Otro paisaje llevo en la piel 
y una canción de agua y viento.

Entonces, eso me motivó a ponerme a escribir. Pasó casi una década, ella siguió componiendo, creando, cantando, inclaudicable y completamente fiel a su voz interior. Creció sin dejar de ser la que era.

Yo escribí, dejé de escribir y volví a escribir. Corrió agua bajo el puente. Y las letras honestas y corajudas de mi hermana siguen sonando con vigencia eterna. Ahora vuelve a la carga en Viña 2015. Y yo escribo de nuevo.


La Mejicana (2015)